miércoles, 20 de octubre de 2010

"Murmullo" - Federico Prestía

Los poetas son los seres más inútiles e inservibles que existen,
pero uno no sabe cuándo puede necesitarlos.


Hoy es el turno de presentar a un poeta contemporáneo, Federico Prestía. Editado a fines de 2009, Murmullo es el primero de sus libros de poesía. Como se trata de un amigo y noherma, no haremos un análisis objetivo. Sin embargo, tampoco hay lugar para los elogios desmedidos. Dejaremos que la obra hable por sí sola.

"Federico Prestía nació en Buenos Aires en 1978, es sociólogo y actualmente vive en el barrio de Boedo. Los poemas de este libro se encuentran atrapados entre el sentir y el pensar, o como dijo Horace Walpole, entre un mundo que es una comedia para los que piensan, y una tragedia para los que sienten" (de la contratapa del libro).


Buenos Aires


La calle es un manual sin letras,
en cada rincón, el murmullo de los yuyos entre los adoquines,
viejo olvido de auténtica sonrisa,
aquella que tiene presente el dolor de la vida a cada instante,
viejo farol que nunca se apaga,
charco de cuneta fastidiosa,
bache ignorado por las absurdas leyes,
la estúpida soberbia expulsada de algún bar en el sur,
soberbia que a un solo paso se encuentra de sentirse importante,
estremecidos pisos agrietados por árboles cansados,
árboles que, ensimismados, en otoño, repasan las hojas del tiempo.


Bares

Cada viejo bar con sus miles de cafés y puchos
son templos inviolables del tango,
cada farol y cada adoquín en pie es una canción,
esas copas de bares que conversan son las estrofas jamás escritas,
dolores en las horas del tiempo,
baldosas que crujen en el anonimato,
lunas quebrantadas por el dolor de los hombres.


Soy

Soy un grano de arena en la playa,
una metáfora en un libro de ciencia,
una piedrita en el ripio,
una hoja en el bosque o una gota en el mar,
así me siento en la libertad del Universo.
Es el desasosiego, la pesadumbre de la finitud,
ese destino incierto por el que viaja la vida,
este ensimismarse es el nunca llenarse de un pozo sin fondo,
soy la incansable ola chocando contra la bahía.


Lápidas

Por los cementerios del mundo
vagan túmulos sin nombre que dicen:
"Aquí yace alguien que lo intentó".


lunes, 11 de octubre de 2010

1959 - Edmundo Rivero canta a Discépolo

"Tu musa está sangrando... ¡Y ella se desayuna!"
-Homero Manzi, Discepolín.



Hoy pecamos de obviedad, y por eso me atajo de antemano. Y por varios motivos: por compartir material de Edmundo Rivero (quizás el más grande intérprete del género después de Gardel), por ser todas las piezas obras de Enrique Santos Discépolo (uno de los más extraordinarios letristas -preferiría decir poetas en este caso- de la historia del género); y por compartir un trabajo que cuenta con bastante difusión, "Edmundo Rivero canta a Discépolo".

Haciendo caso omiso de todas esas cuestiones, decidimos subir este LP igual. ¿Por qué? Sencillamente, porque creo que merece un lugar destacado en toda Antología del buen Tango. En este disco todo es eximio: desde el propio intérprete, que se halla en lo mejor de sus cualidades vocales e interpretativas (aunque, para ser justos, Rivero tiene la virtud de ser un cantor con un nivel parejo en toda su carrera) hasta los arreglos y el sonido de la Orquesta a cargo de Héctor Stamponi, que brinda un marco atinadísimo en todas las piezas y le da un apoyo al vocalista que es destacable y fundamental; pasando sin lugar a dudas por la elección de repertorio, que refleja muy bien las distintas vertientes compositivas de Discepolín. Asoman así la crítica social al lado del individualismo extremo; la tragedia junto a lo que podríamos denominar tragicomedia; la imagen de Dios, tan recurrente en las obras discepolianas; en fin, creo que podríamos decir que la elección de repertorio (al margen de posibles presencias o ausencias que corren a gusto de cada oyente) nos da una buena idea del genio compositor de Discépolo, ese arlequín que espinudo, pequeño, inmenso, desnudo, brindó con sus miserias algunas de las mejores páginas de la historia del Tango. Un capítulo aparte mercería hablar de su vida política.

Sin más, les dejo el disco. Espero lo disfruten quienes nunca lo hayan escuchado y que lo revisiten aquellos que lo tiene "perdido".

01 - Cafetín De Buenos Aires
02 - Confesión
03 - Uno
04 - Chorra
05 - Cambalache
06 - Sin Palabras
07 - Infamia
08 - Malevaje
09 - Carrillón de la Merced
10 - Secreto
11 - Martirio
12 - Fangal

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Pintura de Enrique Santos Discépolo por Cosenza.

miércoles, 6 de octubre de 2010

1969 - Alfredo Belusi con Osvaldo Requena



Después de una prolongada ausencia, decidí reabrir este espacio con un material que es especial para mí puesto que encierra no sólo sentires propios sino también otros más profundos, aquellos que me ligan a algunos amigos.

Este LP fue adquirido por un amigo mío en una disquería del centro (no recuerdo con exactitud en qué calle está ubicada, pero sé que es una de esas que cortan Corrientes y que tienen vida plena únicamente cerca de la gran arteria). La persona en cuestión, una de mis amistades más cercanas, ex-compañero del secundario, escucha Tango por culpa mía; sus favoritos son el Flaco Morán, Oscar Larroca y Alfredo Belusi. Gardel y Rivero, por supuesto, están fuera de todo recuento y discusión. La verdad es que mi amigo se hizo del disco un poco por él y otro poco por mí. Por suerte no tengo el berretín del coleccionista (o, mejor dicho, el fetiche del objeto). De ser así, ese día probablemente nos hubiéramos peleado a muerte por el larga duración. Una vez adquirido el disco, preso de toda impaciencia, le pedí que me lo dejara llevar para digitalizarlo, así que terminé escuchándolo yo primero.

Y aquí entra en juego otro de mis amigos, mayor que yo, y que en muchos aspectos funciona como un mentor. Él se encargó de ecualizar y mejorar el sonido de las grabaciones, asignatura en la cual es un experto, y que además realizó con mucho afecto puesto que conoció al Negro Belusi y tiene de él un grato recuerdo.

Es así como les acerco este LP. Quise contarles esta historia para dar un poco de calidez al posteo, para generar esa sensación de cercanía que tantas veces hace falta. Vayan mis disculpas a quienes la hayan encontrado aburrida.


El disco no necesita demasiada presentación. Se trata del primero de una serie de tres que Alfredo Belusi grabara acompañado por la Orquesta de Osvaldo Requena en calidad de solista. En él repasa varios clásicos, interpreta algunos tangos poco usuales y hasta se da el lujo de incorporar un tango ''nuevo'' para la época, Qué Buena Fe, de Eladia Blázquez (si bien es cierto que es un tango que abreva fuertemente en fuentes discepolianas).

La Orquesta realiza bien su trabajo de acompañante, sin lucirse demasiado. Vale la pena recordar que para esta época Requena acompañó a muchos de los grandes cantores de décadas pasadas, haciendo un trabajo similar al de este disco.


Sin más, les dejo las grabaciones de Alfredo Belusi, uno de mis cantores favoritos.

01 - Desvelo
02 - Trasnochando
03 - El Fanfa

04 - Qué Te Pasa Buenos Aires
05 - Al Verla Pasar

06 - Corrientes Y Esmeralda
07 - Triste Comedia
08 - Qué Buena Fe
09 -
Destellos
10 - A Las Siete En El Café
11 - De Macho

12 - En Carne Propia

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